Encontrá tu Tromen ideal.
En un universo paralelo al de los emprendedores de garaje, Mario Remondino dio sus primeros pasos en el balcón de la casa de sus padres, en el barrio porteño de Villa Devoto. Tenía 20 años, en 1978, cuando comenzó a realizar pequeñas tareas de herrería y a ofrecer a los vecinos productos para el hogar.
Rápidamente, la idea tomó la forma de un taller, que fue bautizado Herrería Parque, y se trasladó a un galpón de 300 m2 en el partido de San Martín. En ese momento, el emprendedor realizaba trabajos totalmente personalizados, como rejas, portones y techos metálicos, que cotizaba a partir de bocetos dibujados a mano alzada.
Una respuesta ante la crisis
En plena crisis de 2001, la actividad cayó y Herrería Parque quedó con capacidad ociosa. En ese contexto, paradójicamente, se le presentó la oportunidad de adquirir un galpón de 1000 m2. La situación no era la indicada para pegar el salto, pero la empresa recogió el guante y avanzó.
En ese marco, además, la firma dio un giro de timón, renovó su propuesta y le dio forma a la primera salamandra, que llevó el sello Tromen. “Nos inspiramos en un producto importado. Hicimos dos prototipos y salimos a ofrecerlos, para pasar el invierno y esperar a que la construcción se reactive”, explicó a LA NACION Facundo Cáceres, director de Comunicación de la firma.
Para Cáceres, esto implicó una doble ruptura de paradigmas. “Nosotros éramos 100% receptivos de la clientela. Ahora, teníamos que salir a ofrecer un producto estándar a un consumidor final, al que hasta entonces no llegábamos. Salimos a golpear las puertas de locales que consideramos adecuados, como casas de climatización”, señaló. Y añadió: “Además, arribamos con un concepto totalmente nuevo, que rompía con el de las históricas salamandras de fundición. Teníamos que garantizar calidad, a la vez que un estándar de producción”.
La cartera de Tromen incluye parrillas, salamandras y fogones, entre otros productos
Diversificación contra la estacionalidad
Poco tiempo después, la compañía encontró otro freno: los sistemas de calefacción marcaban el ritmo del negocio y las ventas tenían una fuerte estacionalidad. Fue entonces que desarrolló la línea gourmet de Tromen, que incluyó hornos, cocinas y parrillas a leña y a gas.
“Ganamos en un doble sentido: pasamos a tener relación con los clientes y a ofrecer productos a lo largo de todo el año”, señaló Cáceres. Más recientemente, este año, la marca incorporó también una unidad de accesorios gourmet, y otra de mobiliario, que incluye mesas, sillas y vinotecas.
“Hay una Tromen para cada persona, para quienes necesitan calefaccionarse, para quienes buscan cubrir una necesidad estética en el ambiente y para quienes apuntan a un valor agregado de pertenencia”, resaltó Cáceres. En esa línea, hoy, los precios de las salamandras van desde $80.000 hasta $1,5 millones.
Actualmente, Tromen cuenta con un plantilla conformada por alrededor de 350 trabajadores y una red de ventas integrada por 3500 puntos en los canales de la construcción, de la decoración, de la climatización y retail, entre otros. “Queremos estar en todos lados, que el fanático de Tromen nos encuentre en cada experiencia, tanto en la entrada de un local como en un parador en los centros invernales o en la costa”, remarcó Cáceres, quien también contó que cada refugio de la Antártida “tiene y va a tener una salamandra Tromen”, ya que la firma hace tiempo colabora con el Comando Antártico. Desde hace ocho años, la firma está emplazada en el Parque Industrial del Oeste, en donde dispone de seis galpones y de un total de 14.000 m2 productivos. “Previamente, tercerizábamos parte del proceso, como el corte de la chapa. Hoy, por el contrario, ya tenemos casi el 100% de la operación integrada, y procesamos cerca de 550 toneladas por mes”, explicó el ejecutivo.
La empresa prevé cerrar 2023 con un crecimiento de 5% anual en unidades, y presencia en 16 países de la región, a donde exportan. Sobre esa base, Cáceres vaticinó: “Entendemos que el mercado se achicará el próximo año, pero pretendemos seguir expandiéndonos, a partir de una suba en el market share y de la mayor diversificación de la cartera”.